Son dos conceptos que aluden a procesos distintos. Aunque la diferencia es solo de grado.
El
Mentoring, es el proceso en el cual un mentor (“maestro”) contribuye con un
mentee(¿?) o mentorizado(¿?) (“aprendiz”) para que éste desarrolle todas sus potencialidades: físicas, sicológicas, sociales, laborales, etcétera.
En el portal de la Universidad de Deusto (España), se nos recuerda que:
“El mentoring debe su nombre a la mitología griega. Méntor era el amigo íntimo de Ulises, el protagonista de la Odisea de Homero. Antes de partir para Troya, Ulises pidió a Méntor que se encargara de preparar a su joven hijo Telémaco para sucederle como rey de Itaca. Méntor tuvo que ejercer de padre, maestro, modelo, consejero asequible y fiable, inspirador y estimulador de retos de modo que Telémaco se convirtiera en un rey sabio, bueno y prudente.”
El
Coaching, es el proceso en el cual un
coach (“maestro”) contribuye con un
coachee (“aprendiz”) para que éste desarrolle cierto tipo de potencialidades; normalmente las de naturaleza profesional. Por ello es que ahora se habla de
coaching ejecutivo o
coaching empresarial, por ejemplo.
Entonces, todo mentor es un
coach, pero no todo
coach es un mentor.
Hay quienes prefieren no hacer distingo y, abarcándolo todo, solo hablan de
coaching. Pero como no pueden negar la diferencia de grado han creado la expresión
coaching ontológico, en reemplazo de
mentoring.
Entre otras cosas, tienen en común lo siguiente:
El “aprendiz” no recibe el conocimiento, lo descubre
El “maestro” no enseña, es un facilitador
El “aprendiz” reconoce y respeta la sapiencia del “maestro”
El “maestro” sabe y acepta que “el aprendiz” lo puede superar